Placa de inducción y vitrocerámica: ¿cuáles son las diferencias?
No siempre es fácil comprender bien las diferencias técnicas y los usos más adecuados para cada tipo de equipamiento de cocina profesional. En este artículo le presentamos de la forma más sencilla posible las características de las placas de inducción y vitrocerámicas. Nuestros asesores también están disponibles por teléfono en el +33(0)2.32.31.14.09 para responder a sus preguntas y ayudarle a elegir su equipamiento profesional de restauración.
Inducción
La placa es de vitrocerámica. A continuación le mostramos un sistema inductor en forma de bobinas de cobre que actúan como imanes; producen un campo electromagnético que se concentrará en el recipiente colocado sobre la placa.
Por ello, las ollas y otros utensilios de cocina deben ser específicos: deben estar hechos de un metal magnético. Esto creará una corriente eléctrica entre el plato y la olla: la inducción.
Ventajas:
• Seguridad: el recipiente se calienta pero la placa de inducción permanece fría.
• Control de temperatura: ¡al grado más cercano! Además, el calentamiento es muy rápido.
Inconvenientes:
• El precio: la inducción sigue siendo cara, pero sin duda es la solución más segura y ofrece el mejor control de temperatura.
Vitrocerámica radiante
De nuevo, la placa es de vitrocerámica pero está equipada con un sistema radiante. Este sistema, equipado con resistencias eléctricas, propagará el calor por conducción.
Ventajas:
• El precio: menos cara que la inducción.
Inconvenientes:
• Calentar: lleva bastante tiempo, similar a una cocina eléctrica (consulte la mención Destacados para saber cuánto tarda en alcanzar la temperatura).
• Falta de seguridad: la placa permanece muy caliente durante un tiempo después de detener la cocción.
Vitrocerámica halógena
La placa vitrocerámica halógena funciona con lámparas de filamento de tungsteno fijadas en un reflector. Estas lámparas devuelven energía en forma de luz infrarroja, esto es la cocina halógena. Se apagan cuando se obtiene el calor máximo deseado y se reinician cuando baja el calor.
Ventajas:
• Flexibilidad: controlar la temperatura es más fácil que con una placa de gas.
Inconvenientes:
• Consumo de electricidad: el sistema de calefacción halógeno consume bastante energía.
• Menos seguro: la placa requiere un tiempo de enfriamiento muy largo.